domingo, 13 de febrero de 2011

Día de Gurú Rimpoché- Febrero 2011

Estimados amigos:

Hoy es día de Gurú Rimpoché. En estos días se enfatiza mucho la práctica y la vigilancia en no cometer ninguna acción negativa, puesto que, se dice, en estos días se multiplican las acciones realizadas.

Como todos los meses, nuestro gran maestro, Phakchok Rimpoché, nos ha mandado un mensaje con valiosísimas enseñanzas, para reflexionar y practicar, especialmente en este día.

Aquí te ofrecemos una versión en español.
Esperamos te sea de utilidad en tu práctica para alcanzar la iluminación y beneficiar a todos los seres.

Buen inicio de semana y feliz día de Gurú Rimpoché,
Alumnos de Phakchok Rimpoché en México


(Traducción)

Queridos amigos que se encuentran cerca y lejos:

Los saludos desde Nagi Gompa, el convento y ermita ubicado en la serena montaña llamada Shivapuri en el valle de Katmandú. Actualmente, en Nagi, Choki Ñima Rimpoché, Tsike Chokling Rimpoché y Yangsi Tulku Urguien Rimpoché, estamos involucrados en el Ngakso Drupchen, que cada año realizamos acá durante nueve días.

El Ngakso Drupchen es una práctica Vajrayana para enmendar [los lazos] y purificar [las acciones negativas]. Tulku Urguien Rimpoché explicó que en el Sojong Ngak kyi enmendamos y restauramos los copromisos de los votos de la liberación individual, de acuerdo con con el sistema Jinayana -los entrenamientos del bodhisattva-, de acuerdo con el sistema Majayana -los compromisos de samaya-, y los compromisos del samaya, de acuerdo con el sistema Vajrayana. En términos de purificación, limpiamos los incumplimientos de nuestros votos jinayana, las faltas en el entrenamiento majayana y las violaciones de los samayas vajrayana.

Ésta es una ermita muy cercana a mi corazón; aquí fue donde mi abuelo pasó casi treinta años de su vida, la mayoría en retiro, y aquí fue donde murió, en este mismo día, hace quince años. En ese entonces, cuando me senté a su lado, mi mente era joven e inquieta, fue la primera vez que me enseñó sobre la expresión de la visión, cómo cultivar devoción, compasión y renuncia; cómo perfeccionar las acumulaciones, y, finalmente, remover los oscurecimientos. En verdad fue una gran bendición tener la afortunada oportunidad de conocer el dharma de esta forma en una época tan temprana de mi vida.


Casi dos décadas después, aquí estoy, parado en el balcón de esta ermita, mirando el valle. Y aunque mi mente no es tan curiosa e inquieta como antes, cuando era niño, el anhelo de estar con mi abuelo es demasiado intenso, tanto que estoy llorando como ese niño de entonces. En estos momentos de anhelo, recuerdo el hermoso y melodioso canto de oración que mi maestro Nyoshul Khen Rimpoché hacía a Longchenpa, basándose en la práctica personal de Khenpo Ngakchung. Para beneficio de todos, aquí hay algunos extractos:


Llamando al Lama desde lejos:

Amado maestro, el preciado, padre mío,
Ahora y para siempre eres uno con todos los budas.
Muestra en estos momentos tu bondad y amor para con tu hijo devoto.
Tú, que renaciste intencionalmente
En la forma de un bodhisattva supremo
Señor de todos los budas victoriosos, Longchenpa,
Padre mío, tus bendiciones no son carentes de poder,
Y sin embargo, mi mente es presa de tempestuosas emociones perturbadoras,
Ya que nuestras acciones negativas y karma se van acrecentando,
Lo único que aguarda a los seres sensibles de esta era degenerada
Son las profundidades de los reinos inferiores:
¡Longchenpa, padre mío, mírame con toda tu compasión!

Lo que haya hecho en el pasado ha estado desprovisto de cualquier significado,
El dharma que he practicado hasta ahora ha estado plagado con las ocho preocupaciones mundanas,
Nunca se me ocurrió, ni una vez, seguir el camino genuino.
Ahora no hay nadie en quien yo pueda confiar, excepto tú:
¡Longchenpa, padre mío, mírame con toda tu compasión!
Mientras el Señor de la Muerte me acosa a mis espaldas,
Días, meses y años –el tiempo avanza frente a mí,
Y en medio, me encuentro seducido y cautivado por la distracción,
Existe el peligro de que, sin siquiera darme cuenta, yo haya sido engañado:
¡Lonchenpa, padre mío, mírame con toda tu compasión!

[Mientras estamos] en la flor de la vida, la mente es inmadura.
Cuando envejecemos, nos distraen las ocupaciones.
Una vez viejos, instalados en las dolencias,
Podemos pensar en el verdadero dharma, pero para entonces es muy tarde:
¡Longchenpa, padre mío, mírame con toda tu compasión!

Deseo quedarme aquí, pero está fuera de mi control,
Deseo llevarme mis posesiones, pero no puedo traer nada,
Deseo el consuelo de un compañero, pero debo irme solo;
Tarde o temprano me iré al siguiente mundo, eso es seguro:
¡Longchenpa, padre mío, mírame con toda tu compasión!

Impulsado por los hábitos de esta vida,
¿Cómo será mi viaje a través del bardo?
Será para mí tan difícil de controlar
Como lo fue controlar mis sueños de anoche:
¡Longchenpa, padre mío, mírame con toda tu compasión!

Todas las cosas del samsara y del nirvana están desprovistas de cualquier sustancia,
Este cuerpo no durará y no tiene realidad en sí,
Tal como el arco iris que se extiende por el cielo
Se toma como verdadero, pero se desvanece en el aire:
¡Lonchenpa, padre mío, mírame con toda tu compasión!

He escuchado tantas enseñanzas, pero todavía no he alcanzado el punto crucial,
Por mucha elocuencia al hablar, mi ser básico sigue sin domar,
Me fui de retiro, pero anhelo hogar y familia,
Tengo mis ojos puestos en la mirada correcta, pero carezco de cualquier experiencia real:
¡Longchenpa, padre mío, mírame con toda tu compasión!


Marcando incluso la más mínima falta en los demás,
Pero fallando en notar lo podrido que estoy por dentro,
Engañando y desviando a los demás,
¿Acaso no estoy comprando mi propia miseria?
¡Longchenpa, padre mío, mírame con toda tu compasión!

¿Cómo puedo ignorar que las enseñanzas de todos los budas
Están ahí para beneficiar mi mente,
Y que estudiar en lugar de buscar ganancia o reconocimiento,
Siempre me llevarán por el camino de la liberación?
¡Lonchenpa, padre mío, mírame con toda tu compasión!

Debido a todo esto, siento que mi corazón se quiebra de pena,
Y ahora ruego a todos los budas,
Por los seres de esta era degenerada, y
Especialmente por aquellos como yo, que sólo aparentan ser practicantes:
¡Longchenpa, padre nuestro, míranos con toda tu compasión!

Este hijo no tiene en quién confiar más que en ti.
Desperdiciando mi tiempo, en felicidad y en penas,
Lo que sea que me suceda, estoy en tus manos.
Señor, en el palacio del espacio del gran gozo inmaculado,
¡para siempre pueda ser uno contigo!

Sarva Mangalam,
Phakchok Rimpoché

0 comentarios: