domingo, 7 de noviembre de 2010

Tres preguntas sobre el infierno

Estimados amigos:
Esta semana queremos compartirles un video de Rimpoché que subimos a youtube.
http://www.youtube.com/watch?v=GX_Rubxl-tw
Esperamos lo disfruten y, como siempre, les deseamos un buen inicio de semana. Que el dharma florezca en México.


El Buda dijo: “No digas o hagas cosas que dañen a los demás; di y haz cosas que beneficien a los demás. Entrena tu mente”. Éste es el buddhadharma. Dharma significa no sólo rezar y recitar; si no cambias tu mente, no hay beneficio. El chiste es domar la mente. Con esta base, el Buda impartió miles de enseñanzas, todas de diferentes tipos. Por ejemplo, tenemos a los monjes tailandeses, sin cabello y sin cejas, al zen japonés, al majayana chino, al vajrayana tibetano, etcétera […] Es claro que existen diferentes formas y técnicas de meditación, así como diferentes formas de lidiar con el mundo. ¿Por qué? ¿Por qué las enseñanzas del Buda son tan diferentes y de tantos estilos? ¿Por qué no enseñó una sola técnica sencilla para que todos la hiciéramos? Porque no a todos nos gusta la misma comida; todos tenemos mentes distintas; la gente piensa de diferentes maneras. Por eso es que las enseñanzas del Buda son tan diferentes, pues se adaptan a los diferentes tipos de pensamiento de los seres. Ésta es la simple razón por la que las enseñanzas del Buda son tan variadas. Las enseñanzas del Buda son muy sencillas, y son muy vastas: 140 volúmenes, además de los textos de los escolásticos indios (200 volúmenes) tras la muerte del Buda. Ahora, la pregunta es: si hay tantas enseñanzas, ¿cómo simplificarlas?

Bueno, pues 3 discípulos fueron con el Buda y le preguntaron: “Buda ¿en verdad existe el infierno? pues a mí me da mucho mucho miedo”. Al primer discípulo, el Buda contestó: “sí” –“¿dónde?” –“bajo tierra”. Al segundo discípulo le dijo que el infierno está en la mente; no arriba, ni abajo, ni a los lados, sino en la mente. Al tercer discípulo le contestó con una pregunta “¿quién es yo? Dices ‘a mí me da mucho miedo’, pero ¿a quién le da miedo?” El discípulo dijo que en realidad no sabía quién era ese “yo”. A esto el Buda respondió: “entonces, cuando no sabes quién es ese yo; cuando no tenemos idea de quién es ese ‘yo’, entonces ¿por qué tienes tanto miedo de irte al infierno?”.

En realidad el Buda dio tres diferentes respuestas a tres diferentes estudiantes. Por eso, cuando me hacen preguntas no sé bien qué hacer, pues a veces puedo responder que en realidad se trata de un gran problema, o puedo decir que el problema está en tu mente, o también puedo responder que en realidad el problema es muy pequeño, pero que como tu mente se aferra a él, tú mismo lo haces enorme. Por eso la meditación es tan importante. Hablar es fácil, todo mundo puede formular teorías y repetirlas, pero mostrar cómo llegar [a la iluminación] no es tan fácil. Para ello hay que meditar.

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