domingo, 28 de agosto de 2011

Por qué hay que hacer los dos tipos de meditación

Queridos amigos:
Esta semana seguimos con las enseñanzas de Morelia. Esta vez, Rimpoché nos explica por qué hay que practicar ambas técnicas de meditación, tanto shámata como vipáshana. 
Como siempre, esperamos que les sea de utilidad.

Buen inicio de semana,
Alumnos de Phakchok Rimpoché en México

«Tenemos que liberarnos de dos cosas. Primeramente, nuestra mente es muy inestable. Para estabilizar nuestra mente utilizamos la meditación [shamata]. Por ejemplo, ustedes que son estudiantes, si meditaran un poco cada día, serían muy exitosos en sus estudios. Cuando la mente se estabiliza, se vuelve muy clara. Entonces es más fácil estudiar, concentrarse, tomar decisiones, reaccionar con más calma a todo. Pero por el momento nuestra mente está turbia, las cosas no son claras para nosotros, así que nos equivocamos, tomamos mal las decisiones o hacemos las cosas sin estar seguros. Por eso es importante cultivar la calma mental.
El segundo problema es que cuando tenemos un problema lo vemos muy grande. Le damos demasiado poder a nuestras emociones. Me gusta utilizar la palabra “empoderar”, como cuando los reyes le dan poder con su espada a un caballero. Cuando tenemos enojo en nuestra mente, la empoderamos, ¿cómo? nos decimos “ay, estoy muy enojado, ¿por qué?, ah sí, por esto y esto, claro, tengo razón de estar enojado” y así la empoderamos hasta que somos uno mismo con nuestro enojo. Cuando tenemos un problema emocional, ¿cómo lo percibimos? [Pensamos] “Ay, tengo este dolor, ay, no lo logré, soy un inútil” y así, ta, ta, ta, ta, y surgen varias cosas. Entonces nos enfocamos demasiado en esto, estamos absortos en el pensamiento y por eso cualquier emoción que nos llegue es demasiado fuerte; si llega enojo, es muy fuerte, si es tristeza, es muy fuerte. ¿Cómo salimos de ahí? ¿Sentados con las piernas cruzadas? No, para contrarrestar esto empleamos la segunda técnica de meditación [vipáshana].»

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